SÍNDROME DE GUILLAIN BARRÉ
1. ¿QUÉ
ES EL SÍNDROME DE GUILLAIN BARRÉ (SGB)?
Se
caracteriza por ser un proceso
desmielinizante segmentario de los nervios espinales y
ocasionalmente de algunos pares craneales, que se expresa
clínicamente por parálisis fláccida, simétrica autolimitada, y con
trastornos sensoriales.
El
SGB se presenta a todas las edades con predominio en la primera
y la sexta década de la vida; en todas las series registradas hay predominio
del sexo masculino, casi 2:1. Desde la disminución de la incidencia de
poliomielitis, el es
la causa más frecuente de parálisis fláccida aguda.
2.
MECANISMO DE DESARROLLO DE LA ENFEREDAD
El
mecanismo se base en linfocitos T, sensibilizados a productos
antigénicos de
los nervios espinales y craneales, cuya consecuencia sería la desmielinización
regional y la ulterior infiltración inflamatoria. Ramos-Álvarez y colaboradores
han descrito dos cuadros patológicos que denominan neuropatía
citoplásmica y neuronopatía
nuclear. En la citoplásmica,
las lesiones consisten en cromatólisis sin lesión nuclear de las
neuronas de las astas anteriores de la médula y en la nuclear se
encuentran inclusiones argirófilas nucleares sin cromatólisis de los granos de Nissl.
3.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Los síntomas radican en que el daño a los
nervios periféricos altera la conducción saltatoria normal a través de los
axones y la recuperación se asocia a redistribución de los canales de sodio
alrededor del segmento dañado
|
CUADRO DE
SIGNOS Y SINTOMAS
Parestesias
Parálisis (ascendente y simétrica)
Debilidad muscular
Flacidez
Ataxia
Signo de Babinski
Oftalmoplejía
|
En
40% de los casos las primeras manifestaciones son motoras (paresias), en 20%
son motoras y sensoriales (parestesias) y en 40% o sensoriales solamente. Los
que empiezan con problemas de sensibilidad, en el curso de los días siguientes desarrollan
debilidad muscular, en tanto que de los que inician el padecimiento con la
incapacidad motora, sólo una tercera parte presenta después trastornos en la
sensibilidad.
Las
parálisis afectan inicialmente los miembros inferiores, son flácidas, arreflécticas,
simétricas y rápidamente adoptan un curso ascendente para involucrar a los miembros
superiores y algunos pares craneales en especial el III. El VII y el X. Las
paresias evolucionan con frecuencia a parálisis y éstas se extienden a otros
grupos musculares. Puede existir progresión a las cuatro extremidades y al
afectar músculos respiratorios lleva al paciente a la necesidad de ser asistido
a la ventilación en forma mecánica. El tiempo transcurrido entre la aparición
de los trastornos neurológicos y el acmé es corto, uno a dos días, pero se
puede tardar hasta tres semanas en la evolución de todos los grupos musculares que
serán afectados.
Las
motilidades intestinal y vesical están conservadas aun en los casos de extensas
parálisis de los músculos esqueléticos, pero en series numerosas se menciona que en la tercera parte de los casos hubo incontinencia de los
esfínteres anal y vesical. Los reflejos osteotendinosos están muy disminuidos
en intensidad o aun abolidos en 94%> de los casos, en tanto que los
cutáneoabdominales se preservan en la mitad de los enfermos. Al igual que las
paresias o parálisis, los reflejos están más afectados en los miembros
inferiores.
Las
parestesias e hipoestesias del tipo “guante”, “calcetín” o “media” se encuentran
en por lo menos dos de cada tres enfermos, pero resulta excepcional que haya
anestesia. En 40%) de los pacientes se descubre disminución y aún ausencia de
sensibilidad propioceptiva. En los casos con afectación sensorial muy severa,
el compromiso motor es más importante.
En las formas ascendentes hay trastornos cerebelosos, ataxia, signo de Babinski y alteraciones del estado de alerta. El cuadro de ataxia cerebelosa, oftalmoplejía externa, paresias de los miembros inferiores con arreflexia y disociación albuminocitológica que ha sido individualizado como variedad Miller-Fisher, es probable que sea una variante del síndrome de Guillain-Barré con ataque más intenso al sistema nervioso central. Dada la benignidad de su evolución no se ha tenido la oportunidad de estudiar la naturaleza de las lesiones.
En las formas ascendentes hay trastornos cerebelosos, ataxia, signo de Babinski y alteraciones del estado de alerta. El cuadro de ataxia cerebelosa, oftalmoplejía externa, paresias de los miembros inferiores con arreflexia y disociación albuminocitológica que ha sido individualizado como variedad Miller-Fisher, es probable que sea una variante del síndrome de Guillain-Barré con ataque más intenso al sistema nervioso central. Dada la benignidad de su evolución no se ha tenido la oportunidad de estudiar la naturaleza de las lesiones.
4.
DIAGNOSTICO
No
hay síntomas, signos o datos de laboratorio patognomónicos
de SGB. En ausencia de un agente etiológico definido, el enfoque actual se
basa en analizar el conjunto de síntomas,
signos y hallazgos de gabinete que establecen con elevada probabilidad, un
diagnóstico compatible
con un proceso de desmielinización segmentaria de las raíces de los nervios
espinales.
El
diagnostico diferencial es con poliomielitis. En el caso de poliomielitis,
la evolución bifásica, la curva de temperatura en “dromedario”, las
parálisis asimétricas, la ausencia de trastornos sensoriales, la ausencia de
vacunación antipoliomielítica
y las características epidemiológicas, así como la punción
lumbar que informa de un LCR característico de una meningitis aséptica,
son elementos suficientes
para orientar el diagnóstico desde la primera exploración.
5. TRATAMIENTO
Dado que se desconoce con certeza la causa y que en la mitad de
los casos hay antecedentes de una infección probablemente viral, no se tienen
medios terapéuticos específicos. El reposo por las paresias o parálisis y la vigilancia
estrecha de la función respiratoria constituyen las bases de la atención
médica.
Los cuidados de enfermería son importantes para evitar la formación
de escaras. No hay respuesta satisfactoria a los analgésicos usuales. Hoy se conoce que la plasmaféresis es el
primer y único tratamiento que demostró efectividad para el SGB. Otro tratamiento
disponible es la inmunoglobulina intravenosa, cuando se administra en las
primeras dos semanas
del padecimiento es tan eficaz como la plasmaféresis, si se
administran ambos tratamientos no parece obtenerse ventaja.
6.
COMPLICACIONES
La
complicación más común como resultado de la parálisis respiratoria
es la necesidad de ventilación asistida. A este respecto es de
importancia crucial la vigilancia del esfuerzo respiratorio para
detectar tempranamente el problema. De un 10% a 23%)
requieren ventilación mecánica. En niños pequeños es difícil evaluar el esfuerzo y
puede identificarse si el niño se cansa al hablar o no puede
apagar una vela o un cerillo.
7. REFERENCIAS
Jesús Kumate, & Gonzalo Gutiérrez. (2013). Infectología
Clínica (17a ed.). México, D. F: Méndez.

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